domingo, 23 de noviembre de 2008

Reflexiones de domingo

Por suerte ayer no dije todo lo que quería decir.
Ha sido una semana dura, se me han crispado los nervios como hacia tiempo que no pasaba, y he deseado gritarle al mundo todo lo que pensaba de él aun sabiendo que esto alteraría el frágil orden que rige nuestras vidas.
Pero ayer me tranquilice y decidí pasar del tema, algo que no me suele gustar hacer y menos ahora, pero cada persona vive su vida como le da la gana y yo no soy quien para decidir si esta obrando mal o bien. Todo depende de sus prioridades.
Es curioso el tema de las prioridades. Para cada uno son diferentes, y sin saberlo, decantarse x una u otra puede hacer que las cosas cambien; y de repente es cuando te preguntas por qué todo es diferente ahora.
Aun así, todos cambiamos para llegar a nuestra propia felicidad. ¿Para qué vamos a pensar en los demás si al fin y al cabo somos nosotros mismo quién realmente importamos, que nos lo merecemos por tanto trabajo duro al cabo de los años?
Pues a todos los que piensan así, pensad por un momento en los demás. Puedes decir eso en un momento determinado en el que realmente lo necesites, pero cuidado con acostumbrarte, pues esto te podría llevar a la desgracia.
Hay quién tiene como principal prioridad el trabajo duro, las ambiciones, llegar más alto. Por otra parte hay a quién le pesa más en la balanza su novi@, o sus amigos, o sus compañeros. También existen aquellos seres que se mueven por sus instintos más primarios: hambre, sueño, sexo...
Pero el verdadero equilibrio se consigue cuando tus ambiciones se combinan con tus sueños, cuando tus amigos o tus compañeros están a la misma altura que tu novi@ y viceversa, y cuando encuentras el momento justo del día en el que atender a tus necesidades.

A pesar de que no deseaba traslucirlo, en esta entrada van más dardos envenenados de los que desearía, pero por mis propias prioridades (cambiadas ya demasiadas veces) lo digo, y quien se pueda sentir aludido, que reaccione si lo desea.
Desafortunadamente, poca gente (por no decir que nadie) lee mi blog.
Quizá así sea mejor.

Seguid robando sonrisas.